*Un desafortunado error de un heredero de la política criolla*
--------------------------------------- Por: El Tiranosaurio Digital --------------------------------------
Nuestro anhelo para esta segunda mitad de año es que ya no haya delfines colombianos. Sabemos que no es navidad para pedir deseos y que es cruel, pero es que ya no aguantamos más sus juegos con la política nacional.
A los hijos, nietos y herederos de los políticos y de su caudal electoral se les denomina delfines por una historia que se remonta a 1349, cuando el conde Humberto II, miembro de una familia reconocida como ‘Los delfines de Viena’ le entregó toda su tierra al Rey Felipe VI de Francia con la condición de que el heredero al trono llevará por siempre su nombre.
Colombia por su parte va para 100 años gobernada por las mismas familias que heredan el poder de generación en generación como si fueran monarcas, y algunos día tras día aumentan la brecha de desigualdad de los colombianos. Y eso es mucho decir porque en esta república boba hay más de 13 millones de personas pobres y más de 3 en la pobreza extrema.
La más reciente noticia de un delfín es la del Secretario de Gobierno de Bogotá, Miguel Uribe Turbay – Nieto del expresidente de Colombia Julio César Turbay Ayala, hijo del exsenador Miguel Uribe Londoño y hermano de diferente padre de la viceministra de las TIC María Carolina Hoyos – cuyo despacho emitió un concepto jurídico en el que se culpa a una mujer de su propia violación, empalamiento y asesinato porque “tomó la decisión de salir con dos compañeros de estudio después de terminar sus clases en horas de la noche”.
Y peor aún, sabiendo que el victimario reconoció los delitos de homicidio agravado, tortura y acceso carnal violento de su víctima, que a su vez era su compañera de estudios. Una mujer cuyo violento asesinato en 2012 provocó docenas de marchas, que derivaron en una ley que hoy tiene su nombre y que procura proteger el feminicidio como un delito autónomo, para garantizar la investigación y sanción de las violencias contra las mujeres por motivos de género y discriminación. Pero eso no es lo peor. (Entérese más sobre el caso http://www.semana.com/nacion/articulo/javier-velasco-48-anos-carcel-caso-rosa-elvira-cely/326821)
Y es que bien dice el adagio popular El pez muere por la boca. El 18 de diciembre del 2012, año en el que este joven heredero político logró iniciar su carrera como concejal de Bogotá, manifestó que era el colmo tener una responsabilidad y culpar a terceros por desaciertos –En ese trino, refiriéndose al exalcalde Gustavo Petro- y el pasado 15 de mayo, sin ruborizarse, pidió disculpas por el concepto que emitió la abogada jefe de la oficina jurídica de la Secretaría de Gobierno de la cual es jefe inmediato. Asegurando que no fue culpa suya, y excusándose en que la oficina tiene un “cortocircuito”.
En diálogo con la emisora Blu Radio, Uribe argumentó que el equipo de abogados de la entidad es autónomo para tomar sus propias decisiones, pero según el Decreto 539 de 2007 en su artículo 8 parágrafo a por el cual se determinan las funciones de la Oficina Jurídica de la Secretaría de Gobierno, se indica que: “Asesorar al Secretario de Gobierno y por su conducto a las dependencias de la Secretaría en el conocimiento, revisión y trámite de conceptos, fallos y asesorías de los asuntos jurídicos que le corresponda resolver, bien por ser de su directa competencia, o por delegación de funciones y en general en todas las actuaciones que comprometan la posición institucional jurídica de la Secretaría” es lo principal. (Conozcan la norma: http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=22553)
Y debe notarse que el concepto no estaba firmado por la(s) abogada(s), sino en representación de toda la alcaldía. Ósea el error se asume como colectivo, y no por él deben responder solo subalternos – La abogada Luz Stella Boada, una de las que emitió el concepto, renunció tras conocerse el escándalo revelado por El Espectador el mismo domingo 15 de mayo- sino los encargados directos, como lo es el joven Secretario de Gobierno.
Este no es el primer caso en Colombia de un monumental desatino de un delfín, y así como vamos seguramente no será el último. En 2012 siendo en ese entonces presidente de la Cámara de Representantes, Simón Gaviria, – hijo del ex presidente liberal César Gaviria – admitió que votó a favor de una ley que no leyó. Ley que iba a regir las justicia de los colombianos y que permitía a los senadores nunca perdieran su investidura, que los funcionarios públicos pudieran financiar campañas políticas, y que a pesar de ser condenados y/o encarcelados, podrían llegar al Congreso. Lo que en llanas palabras, por ejemplo, daría la potestad al hermano de Samuel Moreno Rojas, Iván Moreno, también hermanos delfines de la política, poder volver a estar entre el grupo de personas que legislan las leyes en nuestro país tras salir de su encierro en la Cárcel de San Gil en Santander, condenado a 14 años de prisión por el carrusel de la contratación en Bogotá.
Es por eso que les confesamos nuestro más grande anhelo para 2016/2, donde también entran famosos beneficiados del caudal electoral de sus antecesores, como nuestro Presidente y Vicepresidente, entre otros. (Conozca más de los delfines http://www.elespectador.com/noticias/politica/de-delfines-herederos-y-otros-lazos-familiares-articulo-478273).
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